Disciplina militar, con anécdotas
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En los ejércitos franquistas la disciplina no cumplía ninguna de estas condiciones. Tampoco su objetivo real y prioritario era la defensa del territorio y de su población. Su único objetivo era el poder absoluto sobre los ciudadanos- un Estado para los militares-.
Nacieron del peor acto de indisciplina que se puede concebir: La rebelión en armas contra el régimen legal y legítimo nacido de la voluntad democrática de todos los españoles. Los rebeldes perdieron con sus actos la potestad de mandar a sus tropas y fueron expulsados de los ejércitos.
Los rebeldes obligaron a sus supuestos subordinados, que ya no lo eran, a obedecer en el incumplimiento de las leyes. Los hicieron cómplices de su rebelión. Los hicieron cómplices de sus asesinatos. El que se negó, lo pagó con su vida.
Ahí nació el manido y desastroso concepto de la obediencia debida. Se obedece a los jefes militares y punto. Las leyes civiles tienen siempre una validez relativa. El derecho no existe.
La desigualdad entre las diferentes Clases de los ejércitos era absoluta. Los suboficiales y la tropa y marinería no pintaban nada, no se les permitía dignidad alguna, ni otra responsabilidad que obedecer las órdenes de sus superiores militares.
Y así, con la muerte del dictador llegó la Transición política, controlada desde dentro por los que tenían el poder real. Pocos cambios en los Ejércitos, nada definitivo. Cuarenta años más tarde muchos militares se declaran franquistas, y los políticos y la propia sociedad civil no reacciona.
Tenemos dentro la semilla de la indisciplina militar.
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Puedes leer el artículo completo de Arturo Maira en Memoria Militar Democrática en Nueva Tribuna:
https://www.nuevatribuna.es/opinion/memoria-militar-democratica/disciplina-militar-anecdotas/20190913181022166124.html
Arturo Maira Rodríguez es Capitán de Navío de la Armada en situación de retiro.
Es el Portavoz del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas