Coronavirus y ciudadanos de uniforme

[…] A grandes rasgos, sin meternos en honduras de matices académicos, puede decirse que en la España democrática, y a los efectos de los temas que estamos tocando, los militares heroicos están, o estaban, representados por aquellos que no podían concebir otra misión para nuestras Fuerzas Armadas que las del consabido artículo octavo de la Constitución, considerando a éstas como algo aparte y encerradas en sí mismas mientras no se diesen los supuestos de dicho artículo, pero debiendo hacerse con todos los resortes del poder cuando estos se dieran, incluida la decisión de cuando los mismos se estarían dando.
Una actitud que en nuestras Fuerzas Armadas estaba incrustada como consecuencia de ser las herederas -en realidad eran las mismas, aunque no todas las mentalidades en ellas siguieran siéndolo— de una dictadura de origen militarizado, que miraba más a su propia seguridad interior que a la exterior de toda la nación, delegada ésta, en gran medida, en el gran amigo americano al precio de bases e instalaciones en nuestro territorio. Un régimen que hasta sus últimos momentos mantuvo algo tan significativo como las Brigadas de Defensa Operativa del Territorio, de carácter antisubversivo. Una por Región Militar, entonces nueve.
Los ciudadanos de uniforme, en cambio, estarán representados por quien concibe la milicia como una profesión honrada y honorable de servicio a los demás, especialmente en el ámbito de la protección y la seguridad de todos esos demás, que deben ser, en consecuencia, quienes les digan de qué, cuándo y cómo quieren ser protegidos. Una milicia que no tiene porqué necesitar restricciones, jurisdicciones o códigos penales específicos, sino atenerse y conducirse por los generales de la sociedad de la que son ciudadanos, no especiales ni distintos, sino sólo “de uniforme”, es decir, dispuestos a sacrificarse hasta donde haga falta cuando sus obligaciones se lo demanden.
Lo que, en resumen, puede decirse que ha venido ocurriendo en las Fuerzas Armadas españolas, durante estos últimos cuarenta y pico años, es un progresivo deslizamiento de la mentalidad heroica hacia la profesional del ciudadano de uniforme. Deslizamiento que esperemos que prosiga en lo que aún no se haya completado.
Se puede ser héroe siendo ciudadano de uniforme, veo más difícil ser un buen ciudadano siendo solamente heroico.
Puedes leer el artículo completo de Enrique Vega Fernández en Memoria Militar Democrática en Nueva Tribuna:
https://www.nuevatribuna.es/opinion/memoria-militar-democratica/coronavirus-ciudadanos-uniforme/20200330174316172857.html
Enrique Vega Fernández es Coronel de Infantería en situación de retiro y firmante del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas